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El sueño americano #unplugged

La caída en el nivel de vida de los estadounidenses se debe a varios factores además de Wall Street, los salarios estancados, el desempleo y la pérdida de riqueza. Desde finales de los años 80, dos educadores, Stephen Glenn y Jane Nelsen, promovieron el concepto de Disciplina Positiva, ofreciendo argumentos pertinentes sobre la situación contemporánea de la familia. Los mismos sostienen que a partir de la década de 1960 la sociedad estadounidense ha producido masivamente gente insegura, incapaz de enfrentarse al trabajo y a los roles de padre y madre, y autocomplaciente. Una muestra revela el declive sostenido de los logros de todas las generaciones de estudiantes jóvenes norteamericanos desde los años 60.

Los autores señalan que el gran cambio vino tras la segunda guerra mundial. En los años 50 se inició un proceso en grande de urbanización y crecimiento económico que trajo nuevos patrones de consumo, centralidad de la televisión y una creciente debilidad en las destrezas de la gente para formar familia, trabajar, resolver problemas, sobrevivir y pasar juicio moral sobre situaciones. Asimismo, los «Baby Boomers» junto con una desigualdad en la distribución de la riqueza implicaron la necesidad de más escuelas y hospitales. Así pues, las consecuentes crisis en educación y salud.

Dicha sociedad pródiga irónicamente trajo un debilitamiento de las redes sociales y de los roles significativos en la vida de las personas. Según los autores, la generación de nuestros padres ha sido la primera, en un largo proceso histórico, que ha criado hijos que no cumplen ningún papel en el bienestar de la familia y la comunidad.

La televisión ha ido glorificando un heroísmo que obtiene logros sin pasarse trabajo ni desarrollarse la paciencia o la iniciativa personal. A la vez se generalizan la sexualidad casual y la automedicación con drogas y alcohol ante el dolor, la inconformidad y el aburrimiento. Hubo pues una disminución de recursos para ser padre o madre y de autoestima, del significado personal y del propio poder de influencia sobre la vida. Por tanto, se debilitaron las destrezas interpersonales, así como las de juicio y de funcionar en el sistema.

Dice Jane Nelsen: "Mi sueño es que los niños sean tratados con mayor respeto y que aprendan las habilidades necesarias para crear paz y amor en sus vidas y en las relaciones".

La sociedad de estas últimas décadas en una de escaso diálogo en la familia, de debilitados sentidos de dignidad, respeto y firmeza; de mucho stress para desempeñar eficientemente en lugar de trabajar el contenido y la calidad de las cosas que se producen; y de pobres capacidades de autoevaluación, autocontrol y disciplina.